Me gusta ir a la casa de mi Puflo, de sorpresa, y robarle sonrisas.
Me gusta darle muchos besitos y hacer que sus ojitos brillen.
Me gusta, también, que me diga que soy un ángel y pensar yo que él también lo es.
Me gusta sentir lo que siento y me gusta pensar lo que pienso.
Me gusta hacer lo que hago y también lo que no hago.
Me gusta que sea mi hombre y yo ser su nena-mujer.
Pero, antes que nada, me gusta hacerlo feliz y que él me haga feliz a mí.
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